Sin maestros no hay emperadores
Sin maestros no hay emperadores Hagamos uso, un poco, del derecho al delirio del que don Eduardo Galeano nos exhorta a utilizar en esta sociedad “progresista”, y preguntémonos: ¿Cómo sería la sociedad, o un país, si fuese gobernado por un profesor? De solo pensarlo recobro las esperanzas en la política, sin embargo esta idea es mucho más inverosímil que la utopía de Tomas Moro. Pero sin dudas sé que todos añoramos o tenemos las esperanzas de que, “algún día”, nos gobernará un buen político, o mejor por qué no un buen maestro, así por lo menos deduciríamos cuál sería su agenda de gobierno durante su mandato. Siempre he creído que la única manera de salir de la pobreza es a través de la educación y no estrictamente con el dinero, pues existen tipos de miserias que la plata no soluciona, y la ignorancia es una de esas miserias. Eliminando la ignorancia se ahorran muchos de los males que aquejan a la sociedad, pues sin ignorancia no hay pobreza, sin pobreza no hay hambre, sin hambre no