Las crónicas de una hecatombe anunciada
La sociedad del
siglo XXI, el siglo del progreso, es víctima mortal del consumismo, tendencia
que resulta directa o indirectamente de las empresas o industrias que nos
venden los productos de primera o esencial necesidad o, bueno, eso nos han
hecho creer (pues solo adquiriendo sus productos podemos ser felices.) La razón
por la que digo esto es obvia, ya que el objetivo principal de una empresa es
vender, y la fórmula para vender es sencilla: crear la necesidad en el individuo.
Sin embargo, este axioma del consumismo se ha logrado gracias a las técnicas
del marketing, que sin respeto alguno usan métodos de programación
neurolingüísticas para manipularnos o hacernos dependientes de sus productos.
Para nadie ha sido
un secreto que, desde que se estableció la industrialización, las más grandes empresas
luchan entre sí para apoderarse del mercado en toda su extensión, y nunca había
sido posible lograr tal hazaña para una empresa hasta que la globalización y el
internet se hicieron realidad. Es por eso que en todas las redes sociales y
medios de comunicación observamos la atosigante e intrusiva publicidad de todas
esas marcas que, como si fuésemos el botín de una guerra, luchan entre sí para
apoderarse de todo mercado, es decir: nosotros. Y aunque la guerra ya no es con
armas sino con marcas y en el mercado, nosotros, la sociedad, como siempre,
terminamos afectados por los intereses de los más poderosos.
La
sociedad en general, independiente del estrato que tenga, padece el efecto que
ha generado esa lucha de marcas: el consumismo. Pero, ¿qué tiene de malo esto? ̶ Pues pienso,
particularmente por sentido común, que si consumismos desmedidamente, tarde que
temprano no habrá recursos que consumir. Y algunas de las consecuencias que nos
ha dejado el consumismo al que estamos inducidos constantemente, son, por destacar
las más comunes, las siguientes:
👉 La deforestación y la tala
indiscriminada de bosques para el consumo de productos derivados de la madera,
nos ha traído como consecuencia la reducción de la producción de oxígeno y los
altos niveles de dióxido de carbono.
👉 La caza furtiva y permitida de animales
para la venta de sus pieles o partes que son valiosas en el mercado, solo para
satisfacer un gusto o consumo estético, ha traído como consecuencia la reducción
significativa de esos animales, produciendo un desequilibrio en el ecosistema y
hasta la extinción del mismo.
👉La explotación de minerales para el
consumo de energía y producción de aparatos electrónicos, ha traído como
consecuencias la destrucción y desolación de la misma tierra explotada, la
contaminación o desaparición de ríos y fuentes fluviales.
Esas
son las consecuencias más comunes del consumismo, y si lo vemos desde un punto
de vista ético, este puede ser considerado como un acto inmoral contra la
naturaleza, de la cual los seres humanos somos necesariamente dependientes… Y
si pensamos que no hay justicia alguna por nuestro comportamiento destructivo
frente a la naturaleza, estamos equivocados, pues, aunque la justicia humana sea parcial, la naturaleza ha
empezado a impartir justicia a la humanidad, independientemente del estrato
social: escases, incendios forestales, huracanes, terremotos, pestes,
enfermedades, destrucción, contaminación, calentamiento global y etc. Hoy todos somos afectados por la culpa el
consumismo.
¿Por
qué los medios no trasmiten publicidad en la que nos enseñen a producir, cuidar,
construir, preservar, arreglar y reciclar? ̶ Pues, es obvio,
a las empresas o industrias que invierten su dinero en publicidad no les
interesa que aprendamos tales valores, ya que ellos solo quieren que compremos
sus marcas, que seamos tan dependiente que cuando no queramos adquirir sus
productos porque aún no lo necesitamos, acortan el tiempo de utilidad del mismo
y de esta manera nos veremos obligados a comprarles de nuevo. Entonces han
creado una necesidad en nosotros, y como adictos vamos directo a consumir el
producto que nos han hecho ver como necesario para perseguir una utopía que
lleva por nombre “felicidad”.
Mientras
los medios masivos de comunicación transmitan publicidad que nos induzca al
consumismo, las futuras generaciones escribirán sobre el mundo que les
dejamos, las crónicas de una hecatombe anunciada.
“Solo después que el ultimo árbol sea
cortado, solo después que el ultimo rio haya sido envenenado, solo después que
el ultimo pez haya sido atrapado, solo entonces nos daremos cuenta que no
podemos comer dinero.” –Proverbio
Cree.
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