JESUCRISTO EL FILÓSOFO

 

"Jesucristo, a parte de profeta, rey y sacerdote, también fue un gran filósofo"

Estoy totalmente seguro que al leer este artículo, muchos de los círculos cristianos protestantes o evangélicos dirán que estoy endemoniado por afirmar que Jesús era también era un filósofo. Y seré directo con esta crítica, pues sea o no sea que algunos de los lectores profesen y practique la fe cristiana protestante, hay una realidad dentro de ese círculo que merece ser reprochada, pues desde hace mucho tiempo existe el dogma evangélico y la mala costumbre de satanizar a la filosofía y algunas otras disciplinas que están en constante búsqueda de la verdad.

Al parecer ahora las reminiscencias del oscurantismo fueron heredadas por el protestantismo en Latinoamérica, y a pesar de tener acceso a las Escrituras en el vernáculo, están muy lejos de comprenderla en toda su naturaleza. Si por lo menos enseñaran en las iglesias a leer la Biblia desde otra perspectiva que no sea religiosa y devocional, entonces muchos entenderían que la Biblia sin ser un libro de ciencias o filosofía, posee unas riquezas dignas de escrutinio filosófico y científico.

Empezaré por mencionar algunos de los aspectos que hacen de las Sagradas Escrituras un libro único, que trasciende más allá de la percepción religiosa o devocional que se le suele dar. Como por citar algunos ejemplos, diré lo siguiente:  

• El uso de una idea ontológica muy adelantada al contexto filosófico en el que Moisés escribió el siguiente pasaje: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” (Éxodo 3:14). Moisés no describe a Dios con un nombre cualquiera, pues un nombre tiene la particularidad de delimitar la naturaleza de quien lo posee, encerrando en el mismo nombre las características más resaltantes de quien lo porta, y esta cualidad de los nombres es bien considerada entre la cultura judía, por eso cada nombre que hay en la Biblia tiene un significado que es propio del carácter de quien lo lleva. Dios se le presenta con el nombre que lo caracteriza “YO SOY” es decir “El que Existe o El que Es”, nombre que tiene relación con el tetragrámaton (YHVH) de donde deriva el nombre “Yahveh” el cual significa “El que existe en sí mismo”. En este pasaje Moisés está usando ontología pura: la rama de la filosofía que estudia las entidades y la naturaleza de las mismas. Lo curioso de este dato es que, los primeros en usar estas categorías de pensamientos ontológicos de manera académica fueron los filósofos de la antigua Grecia, como Sócrates, Aristóteles y Platón, mil años aproximadamente después que Moisés escribió ese pasaje. 

• En los tiempos en el que se escribió el libro de Job, existían paradigmas cargados de misticismo para describir la realidad. Por lo general, para explicar el lugar sobre el cual se sostenía la tierra, se aludía a la creencia de que estaba sobre los hombros de un gran gigante, para los griegos era el titan Atlas quien sostenía la tierra. Y así cada cultura tenía una visión diferente de este aspecto. Sin embargo, en el libro de Job capítulo 26:7 dice: “El extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada”. Y lo interesante de este dato es cuando conoces un poco sobre historia y de los paradigmas que se usaban para explicar este aspecto de la cosmología, es notar que el autor del libro de Job tenía conocimientos astronómicos muy adelantados a su época y dignos de equipararse con Galileo y Copérnico, pues la fecha en la que se data la escritura del libro de Job es del 1400 – 980 A.C. aproximadamente, muchísimo tiempo antes de que Galileo descubriera que la tierra es redonda, o que el sistema heliocéntrico  de Copérnico explicara que la tierra y demás planetas giran alrededor del sol. 

• Más sorprendente es que hoy en día aún existan personas que creen que la tierra es plana, no les es suficiente los aportes de Galileo y la evidencia videograbada desde el espacio para demostrar que el terraplanismo está mandado a recoger. En el libro del profeta Isaías se hace mención a un dato científico mucho antes que el gran Galileo expusiera de que la tierra es redonda y que la llegada del Apolo 11 a la luna así lo verificara, en Isaías 40:22 dice: “Él (Dios) está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas...” La Biblia no es un libro de astronomía, pero ¡caramba!, tremendos detalles que aporta a esta disciplina científica mucho antes de que existiera como una ciencia.

• ¿Y qué decir del mismo Jesús?  ̶ Pues Jesucristo, aparte de profeta, rey y sacerdote, también fue filósofo, ya que utiliza el principio filosófico de la ataraxia, que se entiende como la imperturbabilidad del alma con el desapego a lo material. La ataraxia también era principio aplicado por otras escuelas filosóficas como la de los estoicos y escépticos. En Mateo 5:25 dice: “Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir…” Y lo más bello aún de Jesucristo el filósofo es cuando hace uso del principio filosófico de la epojé, el cual significa “suspensión del juicio” en el sentido de “no afirmar ni negar nada sin antes haberlo investigado todo”, pues en Mateo 7: 1 dice: “No juzguéis, para que no seáis juzgados…” Lo que más me sorprende es ver cómo aplica la Epojé fenomenológica expuesta por el filósofo Edmund Husserl, donde arguye que el individuo debe despojarse de todo prejuicio y dogma con el que percibe la realidad, para mirar hacía sí mismo, analizarse y luego comprender lo que yace fuera de él, y en Mateo 7:3 dice: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo. ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

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No solamente Jesús, también el apóstol Pablo aplicó la filosofía y la psicología, pues hace uso de un axioma fundamental de la corriente psicológica “cognitivo conductual” en Romanos 12: 2 donde dice: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir.” En la psicología se sabe que aquello que el ser humano tiene en su cabeza es lo que moldea su comportamiento, y si alguien cambia sus maneras de pensar entonces también cambiará su manera de actuar.

Pablo también habla del principio dualista del psicoanálisis al mejor estilo del “Ello, Yo y Superyó” en Gálatas 5:17 donde dice: “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro…” Considerando detalladamente este texto, me atrevería a decir que el mismo Sigmund Freud tuvo que haber leído o inspirado en este pasaje de la Biblia, pues la idea que Freud menciona es que existe un conflicto interno entre el Ello, Yo y Superyó.  

Por lo tanto, quedando mucha tela que cortar, supongo que habrá una segunda parte de este artículo, el cual busca hacerle ver a los creyentes que, si la ciencia o la filosofía conduce a la verdad, entonces no deberían temer, pues como dijo Louis Pasteur: “Un poca de ciencia aleja de Dios, mucha ciencia acerca de nuevo a Dios.”  Y creo que el primer interesado en mantener a los creyentes en la ignorancia, no es precisamente Dios. Por ello, si la iglesia evangélica no promueve las virtudes intelectuales y tampoco la búsqueda de la verdad en el individuo, repetiremos la historia de la iglesia en la Europa del Medioevo, en pleno oscurantismo, pero ésta será la historia de la iglesia y el oscurantismo en el tercer mundo de Latinoamérica.

Dadas las casualidades, cuando escribía este artículo, me conseguí con este pasaje: "Los ojos del Señor velan por la ciencia…" (Proverbios 22:12) en otras versiones dicen que Dios promueve el conocimiento.  

Por: Eduardo L. Gullozo

Lic. en teología, escritor, columnista, profesor de filosofía, ética y teología.